Doulas en la Historia

Doula en Barcelona

Históricamente las mujeres contaban con otras mujeres para la asistencia en sus embarazos y partos, había una red de apoyo en su entorno femenino más próximo: madre, abuela, hermanas, amigas o vecinas; mujeres capaces de contenerlas afectiva, emocional y prácticamente.


Esta mujeres cercanas protegían y cuidaban a la madre, dándole la contención necesaria para que pudiera hacerse cargo de su propio bebé, priorizando la crianza ante las demás tareas.


En la actualidad, las familias extensas ya prácticamente no existen, los núcleos familiares son cada vez más reducidos. Las mujeres hemos perdido el entorno femenino natural, facilitador del parto y la crianza, al tiempo que nuestros embarazos han sido trasladados al territorio de la medicina y la tecnología.


El origen de la DOULA moderna


Guatemala, años ‘70 en un hospital con alto índice de partos y donde culturalmente la mujer asiste sola a enfrentarse a este acontecimiento, el personal médico ante la imposibilidad de atender-acompañar de manera continuada la dilatación de estas mujeres, sugiere que vengan acompañadas.
Advierten que la compañia durante la dilatación favorece la misma.


Los doctores Marshal Klaus and John Kennell, en Estados Unidos, se dieron cuenta de que el índice de intervenciones, cesáreas y gasto farmacéutico era muy elevado por lo que deciden realizar un estudio que la revista médica New England Medical Journal publicó en los años 80.
Para intentar solventar el problema realizaron el siguiente estudio: aleatoriamente se asignaron mujeres a otras mujeres que habían sido madres, con experiencia en nacimientos, para que las atendieran durante su trabajo de parto, y otras fueron asignadas al personal sanitario, como era habitual. Constataron que las mujeres del primer grupo precisaron muchas menos intervenciones. Repitieron el estudio en Houston, Texas, con mujeres de clase baja, básicamente inmigrantes mexicanas y puertorriqueñas, y los resultados fueron muy similares. Sorprendentemente, lo volvieron a realizar con mujeres americanas de clase media, con diferentes resultados.


Cuando publicaron estos estudios, no encontraban la palabra adecuada para designar a la mujer que acompaña al parto sin ser personal sanitario, y eligieron el vocablo griego doula: (se lee “dula”).
Es una palabra que proviene del griego antiguo y que significa esclava o sirviente en una gran casa, y que probablemente ayudaba a la mujer principal durante su proceso de parto. Pero, en realidad, dado que este vocablo significa literalmente esclava, en entornos griegos se prefiere usar el nombre “paramana
doula”, que tiene un sentido más cercano al que se busca.


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